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El objetivo fundamental del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND) es contribuir al logro del desarrollo sostenible de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas del territorio nacional y, en particular, la prevención o la reducción de la degradación de las tierras, la rehabilitación de tierras parcialmente degradadas y la recuperación de tierras desertificadas. En el marco del artículo 10 de la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África (CLD), el objetivo del programa de acción consiste en determinar cuáles son los factores que contribuyen a la desertificación y las medidas prácticas necesarias para luchar contra ella y mitigar los efectos de la sequía. El documento se divide en las siguientes partes: 1) Los objetivos de la lucha contra la desertificación; 2) Diagnóstico de la situación en España; 3) Propuestas de acción.En concreto el Programa de Acción Nacional pretende integrar un conjunto de medidas que en su mayor parte son objeto de políticas, programas y planes ya existentes en el país. Las medidas contempladas están relacionadas con: a) las modalidades de uso de la tierra, la ordenación de los recursos hídricos, la conservación del suelo, la silvicultura, las actividades agrícolas y la ordenación de pastizales y praderas; b) la protección contra los incendios forestales; c) la investigación, la capacitación y la sensibilización del público.Entre los objetivos del programa se prevé hacer que la agricultura y la actividad sea más sostenible. Cabe destacar, entre los instrumentos contemplados, los siguientes: estudio y diseño y/o fomento de sistemas agrosilvopastorales sostenibles en condiciones áridas y semiáridas, incluyendo la evaluación y adaptación de los sistemas tradicionales; selección genética de plantas forestales resistentes a condiciones ecológicas extremas; prácticas agrícolas sostenibles (aplicación de las técnicas de agricultura de conservación y tratamiento adecuado de los restos de cosecha); utilización racional de fertilizantes y productos fitosanitarios; prácticas de conservación de suelos agrícolas (desde el cultivo en curvas de nivel, o cultivo en bandas, o en terrazas, hasta la elaboración de planes de conservación de suelos agrícolas, que incluyen la adopción de prácticas agrícolas sostenibles); recuperación y mantenimiento de estructuras de conservación de suelos y de la red de drenaje de los terrenos agrícolas; uso del potencial de los sistemas tradicionales de conservación de suelo y agua; ordenación de la ganadería extensiva en zonas áridas y semiáridas; fomento de la aplicación de la biotecnología al desarrollo de variedades para el cultivo adaptadas a zonas áridas; fomento del uso de materias orgánicas como técnica de conservación y rehabilitación de suelos y de mejora de su fertilidad.