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Library La autonomía indígena es una oportunidad para todos. Reflexiones sobre un el curso virtual “Autonomías indígenas en Bolivia”

La autonomía indígena es una oportunidad para todos. Reflexiones sobre un el curso virtual “Autonomías indígenas en Bolivia”

La autonomía indígena es una oportunidad para todos. Reflexiones sobre un el curso virtual “Autonomías indígenas en Bolivia”

Resource information

Date of publication
сентября 2018
Resource Language
ISBN / Resource ID
IPDRS-Diálogos-227
Pages
6
License of the resource

La autonomía indígena es una oportunidad para todos. Reflexiones sobre un el curso virtual “Autonomías indígenas en Bolivia”
 
Ruth Bautista Durán[*]
La primera versión del Curso de Autonomías indígenas en Bolivia, coordinado por la plataforma de Interaprendizaje del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica y desarrollado en esta gestión, tuvo la participación de al menos 50 personas provenientes de Bolivia, Ecuador, Brasil, entre otros. Todas ellas comprometidas con los procesos autonómicos indígena originario campesinos, desde el acompañamiento técnico, la militancia por los derechos de los pueblos indígenas, la academia y otros.
A partir del proceso constituyente (2008) y la declaración de la plurinacionalidad en Bolivia, varios pero no suficientes procesos locales han emprendido su camino hacia la autonomía administrativa por la vía de la restitución de sus territorios o por la vía de la conversión municipal. De inicio valoramos la gran expectativa que estos procesos locales significan para la reconfiguración de la noción tradicional del Estado-nación, la toma de conciencia de la forma de vivir la democracia y buscar alternativas a la delegación del poder político.
Nuestra lucha es por todas las autonomías
Desde el Movimiento Regional por la Tierra y Territorio, participamos en la fase final del curso y el planteamiento de desafíos. Propusimos un ejercicio reflexivo sobre el documental “Tejedoras de autonomía”, un material audiovisual que tiene la potencialidad de comunicar la voz de las mujeres indígenas originarias campesinas al resto de la sociedad; y además, muy bien valorado por ellas mismas, observándose a sí mismas como protagonistas de los procesos autonómicos de sus territorios. Resulta interesante que haya sido producido precisamente por el Órgano Electoral Plurinacional, una institución pública como lo son las muchas instancias a las que a lo largo del curso hemos aludido y demandado, mayor flexibilidad, mayor comprensión, apertura real, etc. Este trabajo documental muestra al Estado, como plantea Magali Copa (2018), como un ente “permeable”, que puede filtrar imágenes, voces y significados. Esta constatación es fundamental para continuar realizando las acciones e interpelaciones necesarias para viabilizar las autonomías administrativas de los territorios e instituciones indígenas.
Apostamos porque el tema de la autonomía de las mujeres indígenas originarias campesinas debía plantearse no como adicional o transversal como suelen comprenderse los proyectos de género en el desarrollo, sino desde la perspectiva vital de las mujeres. Además, la tensión y conflicto en la comprensión de las nociones de ‘autonomía’, ‘autogobierno’ y ‘autodeterminación’, frente a la enorme burocracia desplegada por el Estado central ante el avance de las autonomías indígenas, nos invita a buscar ámbitos en los que podamos rescatar el sentir autonómico y la necesidad del autogobierno, sin duda, los cuerpos de las mujeres son un ámbito en el que las posibilidades del ejercicio de derechos se pone a prueba.
No ha faltado entre las reflexiones y debate del curso la recurrente descalificación de las teorías de género y feministas como occidentales, principalmente desde posturas que esencializan la identidad indígena; pero ha salido a flote la valoración al aporte de las mujeres en el proceso de consolidación de sus territorios. Definitivamente la constitución, o más bien, la institucionalización de los actuales gobiernos indígenas debe no sólo incluir a las mujeres como un cupo cuantificado, sino que debe concretizar las demandas y reivindicaciones que las mujeres postergan por la lucha de los derechos colectivos.
Entre los aportes sustanciales de los participantes del curso, se manifestó reiteradamente el principio de la equidad de género, profundizar la paridad en ámbitos públicos y la opción de articular diferentes luchas. Debe comprenderse que si la autonomía de los pueblos indígenas es una lucha de largo aliento, su alcance comprenderá el ejercicio de derechos, obligaciones, y además, una ética peculiar, por ejemplo, respecto a la violencia contra las mujeres. Si se considera el aporte de las mujeres a la memoria de los pueblos, a través del textil, el relato histórico, la gastronomía, las múltiples tareas del cuidado de la vida y las muchas estrategias por sostener su participación en ámbitos “extra-domésticos”, se podrá dimensionar que buena parte de los avances, logros y conquistas de los pueblos indígenas, se lo deben a la mitad de su población, a las mujeres. De esta forma, como se reflexionó, las niñas podrán tener mejores y más allegadas mujeres referentes de liderazgo, conocimiento, empatía e incluso apariencia.
El documental propuesto también permitió un acercamiento a las relaciones intergeneracionales que se viven duramente. Las madres consideran que sus hijas están mejor preparadas en el actual mundo moderno, ¿qué pensaran estas hijas de sus madres? Como reflexionaron los participantes del curso, la labor de la tecnología de información y comunicación es fundamental para comunicarse con las nuevas generaciones, en particular, las mujeres tienen en estos medios y redes, la oportunidad de disputar el significado de los cuerpos, voces, roles, etc.
La autonomía, retórica y procesos vivos
Realizar trabajos grupales en un curso virtual suele resultar un proceso fortuito, o nos llena de incertidumbre o la empatía busca cómo canalizarse. Las controversias suscitadas entre estudiantes que no se conocen personalmente, pero que suponen intereses comunes seguramente se parecieron mucho a las dinámicas que viven los consejos de gobierno indígena o las comisiones redactoras de estatutos orgánicos, ámbitos que no pueden perder de vista el proyecto político autonómico, pero que a la vez, deben enfrentar las dificultades tecnológicas, económicas y culturales de estos procesos, y resolverlas sobre la marcha.
Por otra parte, se planteó como ejercicio la elaboración de un video-carta personal, con la intención de personalizar un rol dentro y a favor de los procesos autonómicos. Ocurre un fenómeno con los hechos sociales y es que sus repercusiones, el permanente debate, análisis y posicionamiento de propios y extraños, permite la construcción de una retórica que es fácilmente manipulable y capitalizable. El momento amerita a poner atención a la premura de las autoridades y dirigentes de los procesos autonómicos, a hacer posibles las reflexiones y postulados, concretizar propuestas situadas en los territorios.
La mayor preocupación que mostraron los participantes del curso se debió a las nuevas generaciones, es decir, al tema de la educación propia y el relevo generacional de estos procos políticos como momentos y espacios cruciales en la afirmación y construcción de los proyectos autonómicos indígenas. La educación es el ámbito en el que se puede fortalecer la cultura, los saberes y las formas propias de gobierno, de producción y de reproducción de la vida, explicaron los estudiantes.
Un aspecto importante que destacan las propuestas es la posibilidad de compartir responsabilidades con los jóvenes. Lo cual implica desestabilizar la noción convencional de la juventud como exenta de responsabilidades colectivas, que ha calado tan fuertemente en las familias campesinas que privilegian la formación de los y –recientemente- las hijas muchas veces a pesar de su despojo étnico y cultural, y el abandono de los territorios. La urgencia por hacer que los jóvenes decidan “quedarse en el territorio” implica transformar a fondo las estructuras de producción agropecuaria y reproducción cultural. Es urgente poder brindarles espacios de formación y trabajo, no se puede reproducir la idea de lo rural y del campo, como pre-modernos y antagónicos al avance tecnológico. La educación y las nuevas generaciones son momentos y sujetos en los que se puede sembrar el principio ético en contra de la violencia a las mujeres, la discriminación a los ancianos y el no adultocentrismo, promoviendo así un verdadero diálogo intergeneracional como forma de construcción de conocimiento propio y afirmación identitaria.
Otro tema que suscita propuestas es el de la soberanía alimentaria y la producción agropecuaria sostenible, mostrando así una y otra vez, la necesidad de apoyar y privilegiar la producción local por sobre las importaciones y otro tipo de dieta alimentaria. En el curso se ha tenido el aporte de estudiosos de la reciprocidad que no dudaron en plantear la oportunidad de institucionalizar las prácticas y sistemas de reciprocidad que muchas veces son desprestigiadas y subalternizadas en los territorios, a pesar de que son prueba histórica de su supervivencia, por su sostenibilidad y su eficacia para la alimentación de la población local y para la reproducción ritual agrícola tan fundamental para la vida rural. Esta necesidad por recuperar y fortalecer los sistemas tradicionales de producción, distribución y circulación de la fuerza de trabajo comunitaria engrana fluidamente con el planteamiento de los Planes de Gestión Territorial Comunitario que los gobiernos autónomos indígenas deben realizar, y, también puede combinarse con otro tipo de economías, sin vivir un aislamiento económico o el no acceso a créditos, remesas, compras públicas, u otras formas de financiación económica para proyectos productivos. Debe comprenderse que varias generaciones rurales participan en sistemas tradicionales y también incursionan en mercados modernos, lo interesante será poder imponer la lógica propia de la redistribución y reciprocidad a otro tipo de economías y mercados.
Posicionarse a favor de la autonomía indígena
Se agradece que muchos de los participantes del curso no perdieron la oportunidad de expresar su compromiso por los procesos autonómicos, y además, plantear que la interpelación de estas acciones les afecta como personas y como ciudadanos dispuestos a renovar sus nociones de poder, representatividad y gobierno, en el marco de la democracia.
Pocas personas se animaron a hablar sobre problemas internos y cuestionar, por ejemplo, la verticalidad de las dirigencias indígenas, que han aprehendido las formas de gobierno centralizado, unipersonal y hegemónico, y que hoy, están dispuestas a negociar con estructuras gubernamentales –y sin su base social- sobre agendas reivindicativas de largo aliento. Resulta importante que así como pedimos la voluntad política de las instituciones públicas, invirtamos energía en la voluntad por descentrar la retórica y horizontalicemos nuestra mirada y nuestros diálogos con los pueblos indígenas.
La molestia generalizada porque estos procesos vean atoradas sus perspectivas por la mucha burocracia debe hacerse sentir en varios ámbitos. El endurecimiento del Estado –aún central- debe alertarnos sobre la voluntad política de profundizar la democracia y construir la plurinacionalidad constitucionalizada, y la sociedad debe preguntarse ¿Cómo se vive la plurinacionalidad?
Considerando las cifras de violencia estructural que todavía hoy exterminan a líderes indígenas en el mundo, la xenofobia y el racismo internalizado en la región sudamericana, por ejemplo, respecto al pueblo mapuche que es visto como enemigo interno de los países que han ocupado sus territorios, es importante escuchar a al menos 50 personas afirmar con tanta certeza que ningún Estado puede pedir certificación de la ancestralidad de un pueblo indígena.
Se agradece el esfuerzo por elaborar videos y escribir cartas a las autoridades de las que depende, en parte, la viabilidad de los procesos autonómicos. Todos los participantes del curso están en alguna medida articulados a alguno de ellos, y es importante que como ciudadanos, todos podamos levantar la voz por estas luchas locales que con grandes esfuerzos están construyendo la plurinacionalidad desde abajo.
 
[*] Ruth Bautista Durán, socióloga (UMSA). Tiene estudios sobre estudios de género, etnicidad, literatura, edición y otros abocados al desarrollo rural. Actualmente es coordinadora del Movimiento Regional por la Tierra y Territorio, responsable del Área de Investigación-acción del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica-IPDRS y miembro de la Colectiva Ch’ixi.

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