Por Liliana Vargas
La International Land Coalition – ILC (Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra) se ha convertido en un activo participante del proceso de discusión en torno a la Cumbre Global sobre los Sistemas Alimentarios 2021 que se realizará en los siguientes meses.
Es así que el 12 de mayo se llevó a cabo el diálogo independiente regional “Garantizar los derechos a la tierra para la construcción de sistemas agroalimentarios sostenibles y equitativos”, convocando a diversas organizaciones sociales que hacen parte de la Coalición y otras que se sumaron a la invitación de pensar las apuestas y retos que se encaran en América Latina para avanzar hacia modelos de sistemas agroalimentarios más sostenibles. Participaron 75 personas representantes de organizaciones sociales, de la agricultura familiar, campesinas, indígenas, academia y activistas por la soberanía alimentaria de los pueblos, de diferentes países de la región de América Latina y el Caribe.
Este diálogo buscó poner en valor los conocimientos de diversas organizaciones de la sociedad civil que trabajan por los derechos seguros a la tierra, la agroecología y el fortalecimiento de la agricultura familiar; con miras a identificar soluciones y experiencias que permitan transitar hacia sistemas agroalimentarios desde un enfoque de soberanía y autonomías alimentarias, construyendo un posicionamiento colectivo desde América Latina de cara a las discusiones que se suscitarán en la Cumbre.
En América Latina, el diálogo fue convocado por la ILC LAC, el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe - FILAC, la Iniciativa Regional de la Agricultura Familiar, Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit – GIZ, Land Portal, Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos, RVO & LANDac, Comisión Europea y Welthungerhilfe.
El diálogo implicó un proceso de concertación y discusión interna de las organizaciones miembro de la Coalición, en una primera instancia, para definir los énfasis y particularidades de las discusiones que se querían propiciar. Se identificó la necesidad de vincular la reflexión sobre el acceso seguro a la tierra y los recursos naturales como base para avanzar en las apuestas de transformación de los sistemas agroalimentarios. También se desatacó la necesidad de impulsar la agroecología como una apuesta política transformadora sobre la cual se debería profundizar y proponer una postura conjunta.
El proceso de construcción a su vez implicó una postura crítica frente a la Cumbre y la necesidad de evidenciar la posible cooptación del espacio por parte de actores privados que tienen actualmente una posición dominante en los sistemas agroalimentarios que imperan. Esta postura crítica permitió que actores que se han sustraído del proceso participaran en el diálogo independiente y dieran a conocer sus posturas y apuestas de transformación, como es el caso del Movimiento Agroecológico Latinoamericano – MAELA.
El espacio concluyó con una postura colectiva respecto a la apremiante necesidad de garantizar los derechos seguros a la tierra para campesinos y campesinas, jóvenes rurales, comunidades étnicas y de las personas que trabajan en la agricultura familiar en general.
ESTOS ACTORES HAN SIDO FUNDAMENTALES PARA AVANZAR EN PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN HACIA SISTEMAS ALIMENTARIOS MÁS SOSTENIBLES Y SUS ESFUERZOS DEBEN SER RECONOCIDOS Y VALORADOS POR LOS TOMADORES DE DECISIÓN Y RESPONSABLES DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EN LA REGIÓN.
Por otro lado, se propone la agroecología no sólo como un modelo de producción sostenible, si no como una apuesta política de transformación de los sistemas alimentarios que actualmente imperan y que priorizan las producciones a gran escala, las cuales nos están llevando al agotamiento de nuestros recursos naturales.
La apuesta en la región debe centrarse en la territorialización de los sistemas agroalimentarios, priorizando las producciones locales y los mercados de cercanía, así como un consumo vinculado a la agrobiodiversidad y las costumbres alimentarias locales.
Se llama la atención sobre la necesidad de seguir impulsando políticas públicas que promuevan estas transformaciones a diferentes escalas, desde lo local hacia lo regional, fortaleciendo la actuación y las voces de quienes las vienen construyendo desde la cotidianidad, relevando el papel de las mujeres y los jóvenes que habitan la ruralidad y que ven reducidas sus oportunidades para ser incluidos en el modelo alimentario imperante.
Este diálogo también fue un escenario de encuentro y articulación para posicionar colectivamente a futuro las apuestas políticas impulsadas por las organizaciones de la agricultura campesina, familiar y étnica comunitaria en la región, no solo de cara a la Cumbre si no en espacios de discusión regional donde se pueda impulsar una transformación profunda hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles.
Blog publicado por ILC