A medida que el mundo avanza rápidamente hacia la resiliencia climática y el desarrollo sostenible, una verdad se hace cada vez más evidente: no podemos lograr una transición energética justa sin una gobernanza de la tierra justa. El 6 de mayo de 2025, la Conferencia sobre la Tierra del Banco Mundial acogió la sesión «De los datos a la acción: herramientas para monitorear la corrupción, mejorar la transparencia y permitir una transición energética justa», con el fin de abordar de manera directa el persistente desafío de la corrupción y la falta de transparencia en materia de tierras. A partir de estudios de casos de África, América Latina y los Balcanes Occidentales, los panelistas presentaron argumentos convincentes a favor de la transparencia como escudo contra la corrupción y catalizador de la justicia climática.
La sesión exploró cómo herramientas como el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) y el Índice del Estado de la Información sobre la Tierra (SOLIndex) pueden diagnosticar los puntos ciegos de la gobernanza, comparar los avances nacionales y orientar las medidas. Moderada por Caleb Johnson, del Banco Mundial, la sesión reunió a Jonathan Ochom (Trasparencia Internacional), Charl-Thom Bayer (Fundación Land Portal), Christelle van den Berg (Kadaster International) y Darko Vucetic (Autoridad Geodésica de la República de Serbia).
Una crisis de confianza, transparencia y tenencia
Caleb Johnson abrió la sesión con una severa advertencia: «Una de cada cinco personas en el mundo se ha visto afectada por la corrupción en la gestión de la tierra». Esta corrupción no solo amenaza el acceso equitativo a la tierra, sino que también erosiona la confianza pública y socava las inversiones climáticas, como las infraestructuras de energía renovable. Johnson hizo hincapié en que la tierra es más que una mercancía: es la base de la comunidad, la resiliencia y la justicia.
«La transparencia, la rendición de cuentas y la gobernanza basada en datos no son opcionales, sino esenciales para garantizar que la gobernanza de la tierra apoye, en lugar de obstaculizar, una transición energética justa». — Caleb Johnson, Banco Mundial
Diagnóstico del problema: lo que muestran los datos
Jonathan Ochom, de Transparencia internacional, inauguró la sesión con la presentación de las conclusiones del IPC. Su análisis reveló una realidad alarmante: casi el 70 % de los países se encuentran en el cuadrante de alto riesgo, con altos niveles de corrupción y baja transparencia.
«El sector de la tierra es uno de los menos transparentes del mundo. Los datos sobre la tierra obtienen una puntuación de solo 25 sobre 100, muy por detrás de sectores como la contratación pública o las finanzas públicas», afirmó Ochom. «Si su hijo trajera a casa una nota de 25, ¿se sentirían orgullosos?».
Ochom explicó que la escasa transparencia en la administración de la tierra fomenta las condiciones para la gran corrupción, incluida la apropiación de tierras y el enriquecimiento ilícito de las élites bajo el pretexto del desarrollo económico.
«Hemos constatado que incluso los países que están avanzando en la lucha contra la corrupción, como Rwanda o Costa Rica, siguen careciendo de sistemas abiertos de información sobre la tierra. Sin transparencia, las reformas legales y los esfuerzos anticorrupción son ineficaces», señaló.

Entra en escena el SOLIndex: diagnosticar las deficiencias y orientar las reformas
A continuación, Charl-Thom Bayer, especialista sénior en información sobre la tierra de la Fundación Land Portal, presentó el SOLIndex. Basado en datos de 42 países, el índice mide dos componentes: la exhaustividad (si los gobiernos recopilan datos esenciales sobre la tierra) y la apertura (el grado de accesibilidad y usabilidad de esos datos).
«No se trata solo de datos abiertos por el simple hecho de serlo», afirmó Bayer. «Evaluamos los datos sobre la tenencia de la tierra, el uso de la tierra, el valor de la tierra y los marcos jurídicos, porque es ahí donde se documentan los derechos, se calculan los impuestos y se negocia el poder».
¿Cuál es la puntuación media del SOLIndex? Un preocupante 14,6 sobre 100. La exhaustividad obtuvo una media de 31/100 y la transparencia, 46/100. La categoría más débil fue la de los datos sobre la valoración de la tierra relacionados con la evaluación del valor de la tierra y las propiedades, los ingresos fiscales y los mercados de la tierra, con una puntuación de solo 6/100.
«Los datos sobre la valoración son fundamentales para comprender cómo se utiliza, grava y transfiere la tierra. Su ausencia abre la puerta a inversiones especulativas y adquisiciones opacas que desplazan a las comunidades vulnerables», explicó Bayer.
Por qué son importantes las lagunas de datos: la corrupción en el ámbito de la tierra socava la acción climática
A continuación, el panel pasó a debatir la corrupción como obstáculo para la resiliencia climática y la transición energética.
Ochom destacó que las adquisiciones de tierras a gran escala para proyectos ecológicos, como la compensación de carbono o las energías renovables, a menudo reproducen patrones de explotación.
«Los proyectos promovidos con objetivos climáticos se están utilizando para despojar a los pueblos indígenas y las comunidades pastorales, especialmente en África Oriental», advirtió Ochom. «A esto lo llamamos acaparamiento verde. Es el mismo guion colonial, solo que pintado de verde».
Bayer añadió que la confianza es esencial para que los datos sobre la tierra sean útiles y aplicables.
«Los datos deben estar libres de interferencias políticas, ser representativos de la sociedad, pertinentes para las necesidades públicas, accesibles a todos y utilizarse de manera eficaz. Estos son los pilares de la confianza», afirmó. «Sin confianza, no importa la cantidad de datos que haya».
Retos prácticos y soluciones reales
Darko Vucetic, subdirector de Desarrollo e Innovación de la Autoridad Geodésica de la República de Serbia, ofreció un ejemplo claro de cómo la transformación digital puede combatir la corrupción. Explicó que la transición del país de un caos basado en el papel a un sistema de administración de la tierra totalmente digital no fue solo técnica, sino también una guerra política.
«La transparencia es una lucha», declaró Vucetic. «Significa romper el monopolio de los grupos informales que se benefician de sistemas opacos. Nos enfrentamos a una resistencia masiva, pero la digitalización total y la transparencia plena eran nuestro único camino hacia adelante».
Una reforma transformadora que Serbia implementó fue el registro obligatorio de ambos cónyuges durante las transferencias de propiedad, lo que elevó la propiedad de las mujeres a más del 40 %, la más alta de la región.
«Hemos alcanzado el indicador de género de los ODS y hemos reconstruido la confianza pública. Pero ha sido necesario valor, reformas legales y el apoyo de aliados internacionales como el Banco Mundial, la FAO y Land Portal», afirmó.
Una perspectiva desde la cooperación global
Christelle van den Berg, directora regional de Kadaster International, destacó las barreras institucionales a la transparencia. Si bien los problemas técnicos se pueden resolver, argumentó, la inercia institucional y los intereses personales son más difíciles de superar.
«El mayor reto es que los beneficios de la transparencia suelen aparecer mucho después de que termine el mandato político», afirmó van den Berg. «¿Por qué iba a apoyar un político una reforma si los beneficios se obtienen diez años después y, mientras tanto, se puede ganar dinero con la opacidad?».
Van den Berg pidió un liderazgo firme y la cooperación internacional, y señaló que las iniciativas de datos abiertos suelen depender de la coordinación de los donantes, los marcos jurídicos y la formación. El ejemplo del geoportal holandés Kadaster, utilizado para planificar estaciones transformadoras en los Países Bajos, demuestra cómo los datos estratificados e interoperables pueden conducir a mejores decisiones y reducir los conflictos por el uso de la tierra.
De la política a la práctica: herramientas y conclusiones
Ochom y Bayer concluyeron con herramientas prácticas y recomendaciones:
- Divulgar los documentos y contratos de las transacciones de tierras. Esto incluye evaluaciones de riesgos, licencias y acuerdos con las comunidades afectadas.
- Digitalizar y abrir los registros de la tierra. Los datos deben incluir los derechos consuetudinarios y comunales, el uso de la tierra y la propiedad efectiva.
- Involucrar a la sociedad civil y a las comunidades. Los pactos de integridad, la supervisión ciudadana y los mecanismos de reparación de agravios son esenciales para la supervisión pública.
Ochom citó el Sistema Nacional de Información sobre la Tierra de Uganda, el Ardhi Sasa de Kenia y el Portal de Transparencia Territorial de TI-Zambia como ejemplos en los que los gobiernos y las OSC están utilizando la tecnología para luchar contra la corrupción en materia de tierra.
«Las políticas anticorrupción deben pasar del papel a la práctica», afirmó Ochom. «Eso significa aplicación de la ley, participación de la sociedad civil y herramientas digitales que dificulten ocultar la corrupción».
Bayer añadió que el SOLIndex es más que una puntuación de rendimiento: es una hoja de ruta para gobiernos, donantes y comunidades.
«Al comparar las deficiencias y realizar un seguimiento de los avances, el SOLIndex ayuda a convertir los datos en diálogo, y el diálogo en reformas», afirmó.
Conclusión: convertir la transparencia en transformación
Al término de la sesión, el mensaje era claro: la transparencia de los datos no es solo un objetivo técnico, sino un imperativo político y ético. Desde las arduas reformas de Serbia hasta la supervisión comunitaria en África, la sesión demostró cómo la transparencia puede desmantelar la corrupción, empoderar a las comunidades y hacer realidad la justicia climática.
El camino por delante es difícil. Requiere reformas legales, infraestructura digital, coordinación entre organismos y un cambio cultural hacia la apertura. Pero también ofrece grandes beneficios: la restauración de la confianza, el acceso equitativo a la tierra y una acción climática que no deja a nadie atrás.
«En última instancia, la transparencia tiene que ver con la justicia», concluyó Johnson. «Y si queremos una transición justa, debemos empezar por abrir los libros».